Un paseo por el bosque después de una ligera lluvia primaveral, donde el aire fresco acaricia la piel y las hojas aún conservan gotas de la tormenta. La delicada fragancia del ylang-ylang se combina con la chispa de la flor de naranjo, mientras un elegante bambú despliega su robustez terrosa, todo envuelto en un suave abrazo de ámbar dulce y empolvado.